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Lo que no sabemos de la nutrición: prebióticos, probióticos y simbióticos

Quizás no sabías que el cuerpo humano alberga un ecosistema muy diverso de microorganismos en su interior, el ‘microbioma humano’. Están por todas partes, pero la gran mayoría viven en el aparato digestivo. El colon humano es uno de los lugares con mayor densidad microbiana del planeta: en él habitan microorganismos como los hongos, o los virus. No obstante principalmente está poblado por bacterias; ¡miles de millones de bacterias! ¿Quieres conocer más de los prebióticos, probióticos y simbióticos que puedes encontrar en nuestro interior? ¡Te lo explicamos!

La microbiota intestinal

El ecosistema de microbios que viven en nuestro intestino grueso se llama ‘microbiota intestinal’, también conocida como ‘flora intestinal’, y tiene un papel activo en nuestro estado de salud:

 

  • Hace de barrera inmunitaria en el último tramo del sistema digestivo, evitando la entrada de patógenos.
  • Colabora en los procesos de digestión, liberando sustancias beneficiosas al tejido intestinal.
  • Ayuda a nuestro sistema inmunitario frente a infecciones.
  • Se ha visto una relación entre ella y la salud mental del huésped.

 

La composición de la flora intestinal de cada individuo es tan distinta como las huellas dactilares humanas. Factores como la alimentación, el estilo de vida, los fármacos o el estado del medio ambiente, pueden influir en su composición y diversidad. Puede verse afectada por el uso de medicamentos, especialmente después de tandas de antibióticos que debilitarán su población.

Al recibir tratamiento antibiótico se reduce notablemente la población de bacterias de nuestro colon. La medicación acabará con el patógeno, pero, también dificultará la reproducción y supervivencia de nuestras bacterias beneficiosas. Los expertos gastroenterólogos y la comunidad científica ya consideran recomendable acompañar el tratamiento antibiótico con probióticos. Así mismo, reconocen que los prebióticos y los simbióticos pueden contribuir en una mejor evolución y calidad de vida de personas que sufren patologías digestivas crónicas.

La relación de los probióticos, prebióticos y simbióticos con la microbiota

Los probióticos, prebióticos y simbióticos cada vez se hacen oír más en las consultas y farmacias por su contrastada efectividad en la evolución de procesos diarreicos. Además, son efectivos en la prevención de brotes y síntomas digestivos muy molestos de ciertas patologías como el colon irritable o la colitis ulcerosa.

Un desequilibrio en este ecosistema microbiano se conoce como ‘disbiosis’. Los probióticos, prebióticos y simbióticos, en forma de complementos dietéticos, o en los alimentos, se destinan precisamente a retornar el equilibrio a la zona, repoblando el intestino y nutriendo a sus habitantes.

¿Qué son los probióticos?

Se utiliza el término ‘probiótico’ de forma general para referirse a bacterias vivas beneficiosas que pueden llegar hasta el colon, sobreviviendo a los procesos de digestión, e instalarse allí ayudando a nuestra microbiota.

Los probióticos pueden recetarse como suplemento, o complemento alimenticio, para poder controlar que llega una cantidad significativa de bacterias vivas al colon, y de una cepa determinada. Los probióticos en forma de suplemento se conforman habitualmente de Bifidobacterias y Lactobacillus, y llevan cantidades suficientes que aseguren su efecto.

Pueden considerarse alimentos probióticos – siempre que se consuman en suficiente cantidad y en línea a recomendaciones – los lácteos fermentados como el kéfir y el yogur, con lactobacilos y estreptococos.

También, pueden aportar fermentos vivos alimentos que se elaboran con la fermentación. Por ejemplo, el chucrut crudo (col fermentada), o el té kombucha (bebida fermentada).

En resumen, los probióticos son microorganismos vivos que, al ingerirse en suficiente cantidad, ¡ayudan a tu microbiota!

¿Y los prebióticos?

Nuestras bacterias se alimentan de los restos de nuestra digestión, sobre todo de fibra y otras sustancias que no digerimos. Los prebióticos son toda aquella sustancia que servirá de sustrato alimentario para las bacterias buenas que residen en los intestinos. En su mayoría se compone de fibra vegetal como los fructooligosacáridos (FOS) y la inulina.

Estos dos elementos están presentes en alimentos como la cebolla, el puerro, el ajo, la alcachofa, los espárragos, o alguno menos corriente como la raíz de achicoria. Nuestras bacterias intestinales, también hacen su propia fermentación de los elementos que ingieren, liberando así sustancias beneficiosas al intestino como vitaminas y antioxidantes.

 

¿Qué significa simbióticos?

El simbiótico es la combinación de probióticos y prebióticos; es decir, es un producto que cumple con ambas funciones. Permite o favorece la repoblación del microbioma intestinal, y también le sirve de alimento.

4 consejos para mejorar tu salud digestiva

  • Incluir alimentos fermentados en tu alimentación, y utilizar probióticos en momentos de vulnerabilidad.
  • Favorecer la presencia de vegetales en tu dieta que actuarán como prebióticos
  • Mantener una óptima hidratación durante todo el día ingiriendo líquidos a menudo. Para asegurar la ingesta de líquido diaria recomendada, te proponemos que eches un vistazo a nuestras infusiones funcionales. ¡Puedes empezar probando la infusión prebiótica ‘Vientre Sano’, con jengibre y fibra! Es una infusión para el estómago inflamado.
  • Escuchar siempre a tu intestino: las molestias digestivas o el exceso de gases pueden estar avisándote de algún desajuste en la comunidad microbiana de tu interior. ¡Consulta con tu dietista o tu médico digestivo para actuar en consecuencia! Y si quieres reforzar el equilibrio de tu tránsito intestinal y eliminar toxinas puedes probar con una infusión Laxana.

Ahora ya sabes la importancia de tu estilo de vida para tu microbiota, y cómo los probióticos y prebióticos de los alimentos pueden ayudarte a cuidarla ¡Ayuda a nuestro pequeño ejército protector!