NO CALCULAR CALORIAS SUSARÓN 1

Consejos para no calcular calorías

Cuando se habla de perder peso, lo primero que nos viene a la mente es “pasar hambre” y para ello muchas veces pesamos los alimentos, con el objetivo de llevar un control de las calorías. De la misma manera, la mayoría de las personas que acuden a un nutricionista esperan que se les den pautas con los pesos de los alimentos que deben comer. Se espera que nos indiquen la cantidad de las calorías que debemos de comer a lo largo del día. Sin embargo, se puede perder peso, sin calcular calorías. ¡Vamos a verlo!

Qué son las calorías

Una caloría es la cantidad de calor que se necesita para aumentar un grado la temperatura de un gramo de agua. Pero cuando hablamos de alimentos podemos decir que las calorías son la unidad de medida de la energía que nos aportan estos alimentos.

La importancia del cálculo de calorías a la hora de perder peso pasa por la creencia de que realizar una pauta de alimentación con menos calorías de las que quemamos habitualmente, hace que nuestro peso disminuya. Pero lo cierto es que perder peso no solo depende de recortar calorías. De hecho, se puede perder peso sin tener que estar calculando las calorías de cada cosa que comemos. Hay que tener en cuenta algunos factores.

Quemar más o menos calorías

Además de la cantidad de calorías que comemos, hay otros factores que alteran la absorción de estas calorías y que es importante tener en cuenta.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que la cantidad de calorías que contienen los alimentos depende de la medida del alimento y de la variedad. Incluso hay diferencias entre las fuentes que se consultan donde aparecen las calorías de estos, ya que el método de medición no es exacto.

Por lo tanto, para empezar, el cálculo de calorías que se suele hacer no siempre es exacto.

Pero además, hemos de tener en cuenta otras circunstancias:

– ¿Cómo lo cocinas?

La técnica con la que cocinamos los alimentos puede alterar sus calorías totales. Un ejemplo perfecto son los fritos y los rebozados, ya que se suma la energía del aceite y del empanado.

Por otro lado, también se pueden recortar ligeramente las calorías de algunos alimentos. Esto sucede por ejemplo, con las patatas. Una vez cocidas, si se dejan enfriar, sus almidones resistentes aumentan y esto se traduce en una ligera disminución de su aporte de calorías.

– ¿Qué tal tu flora intestinal?

La microbiota que tenemos en el intestino, influye en la manera de absorber la energía. La microbiota es el conjunto de microorganismos y bacterias que conviven con nosotros en nuestras paredes intestinales.

La composición de esta microbiota es única y exclusiva de cada persona. Por lo tanto, esta depende de nuestra manera de comer, el tipo de alimentos que comemos, el descanso, el estrés que sufrimos… Pero ¿qué tiene que ver la microbiota con comer sin contar calorías? Pues que no tenemos en cuenta que esta microbiota es la responsable de como absorbemos la energía.

Una microbiota equilibrada favorece la absorción de los nutrientes de los alimentos, a diferencia de otra persona con una microbiota no equilibrada. Por lo tanto, nos interesa tener una microbiota equilibrada, saludable… ¿Cómo se consigue? Comiendo alimentos saludables, evitando el estrés y los medicamentos – como los antibióticos-, entre otras cosas. Para ayudar a tu microbiota puedes tener en cuenta el efecto prebiótico de Vientre Sano de Susarón, cuyas fibras solubles contribuirán a conseguir una microbiota saludable.

Consejos para no contar calorías

Entonces, ¿puedo comer sin contar calorías? ¿Y puedo mejorar mi composición corporal si lo hago? Sí, se pueden ambas cosas. Evidentemente, si buscamos una composición corporal muy específica, como sucede por ejemplo en deportistas, no nos bastarán estos consejos. Pero para el día a día, ¡puedes dejar de contar calorías! Apunta estos consejos:

/  Escúchate

Hay veces que comemos por comer, porque es la hora, porque necesitamos descansar… es una excusa. Realmente, en muchas ocasiones no tenemos la sensación de hambre. Comer sin necesidad es introducir una cantidad de calorías que nuestro cuerpo no necesita, y que, al final, se va a convertir en reserva energética: grasa.

Lo mejor es “comer por intuición”, es decir, dejándote guiar por tus verdaderas sensaciones. Para lograrlo, debes estar muy atento a lo que sucede en tu cuerpo: si llega la hora de comer: ¿tienes hambre de verdad o vas a comer por acompañar a un compañero? ¿Tienes hambre real o si esperas 10 minutos se te pasa? ¿Tienes hambre real o es tu mejor excusa para poder despegarte del ordenador un rato? Si no tienes hambre real, ¿para qué comer de más? Debemos comer con conciencia y de una forma sana.

/  Reduce el consumo de hidratos y aumenta el consumo de proteínas

Las proteínas, generan más gasto en su digestión que el resto de los nutrientes. Por el contrario, el hidrato de carbono, presente en pan, pasta, arroces, cereales… es un nutriente del que abusamos en nuestro día a día, casi sin darnos cuenta. Además, no generan casi gasto en nuestra digestión. Por tanto, sin necesidad de contar: reduce alimentos del grupo de los que aportan hidratos de carbono, y aumenta un poco los que aportan proteína como las carnes, pescados, huevos, legumbres…

/  Come comida real

Sí, la comida real es más saludable, ya lo sabemos. Pero además, su composición nutricional es una complejidad de diferentes sustancias que suelen enlentecer la digestión de sus propios nutrientes, y esto favorece a mejores digestiones y mejor utilización de la energía que aporta ese alimento. ¡Apuesta por alimentos reales! Porque lo esencial es alimentarse con alimentos que nos aporten.

/  Reduce las raciones de lo que comes

Si hemos hablado de comer solo cuando tenemos hambre real, esto hace referencia a que las raciones que comas, sean de una medida adecuada, acorde con el gasto que puedas estar haciendo. En la mayoría de las ocasiones en las que alguien gana peso, la frase que suele repetirse es “si yo como igual, no entiendo por qué ahora me engordo”.

Bueno, pues es que no siempre estamos igual: no siempre hacemos la misma cantidad de actividad física, no siempre tenemos el mismo gasto energético porque nuestro metabolismo cambia, nuestro sistema hormonal no siempre es constante… Pero, sin embargo, mantenemos constantemente el volumen de lo que ponemos en el plato. ¡Hemos de adaptarnos! Hacemos menos ejercicio físico… pues lógicamente debemos comer menos cantidad que antes. Si no lo hacemos es cuando se produce un superávit de calorías, que al final, se acumulan.

/ Ayúdate con las infusiones para no contar más calorías

Mantenerse hidratado nos evita que podamos confundir la sensación de hambre con la de sed. Y una manera de hidratarte mientras disfrutas de un momento para ti, es con infusiones. Además, puedes encontrar un gran aliado en Adelgasana, de Susarón, que facilita la pérdida de peso y ayuda en la retención de líquidos. ¡Y sin una caloría que contar!

Además de estos consejos específicos, por su puesto, debes seguir una alimentación equilibrada en la que abunden frutas y verduras, evitar el alcohol, dulces o procesados. ¡Y haz actividad física! Esto, es lo que permite que te liberes de contar calorías, ¡y conseguir tu objetivo de manera cómoda!