Hay momentos en la vida en las que nuestro sueño y descanso se ven comprometidos: no dormimos bien. Los motivos pueden ser variados pero los efectos sobre cada uno de nosotros son muy similares: cansancio durante el día, irritabilidad, apatía… y puede llegar a afectar a otros niveles más internos. Pero esto no va a volver a pasar porque a continuación vamos a ver unos consejos para dormir mejor que van a evitar esas sensaciones. ¡A por el pijama!

El sueño

La importancia de la calidad del sueño radica en las funciones que tiene este sobre nuestro organismo. El sueño, además de ser imprescindible para vivir, es restaurador, nos ayuda a estar despiertos al día siguiente y regula nuestros relojes internos que nos ayudan a que exista un equilibrio.

De toda nuestra vida, un tercio lo pasamos durmiendo. Es decir, a los 65 años, casi 22 años los habremos pasado durmiendo. Si tenemos problemas con el sueño nos afectan en general. Desde sentirnos cansados durante el día, pasando por una disminución del rendimiento, afectando al número y calidad de las ingestas alimentarias que realizamos… A nivel fisiológico también tiene algunas implicaciones como por ejemplo los trastornos que se producen en el sistema hormonal.

¿Cómo dormir mejor?

Si te suele costar conciliar el sueño o te despiertas continuamente durante la noche o antes de la hora prevista, apunta estos consejos que vienen a continuación. ¡Y ponlos en práctica para mejorar la calidad de tu sueño!

Evitar estimulantes

Es lógico pero a veces caemos en el círculo vicioso de no poder dormir y, para mantenernos despiertos durante el día, tomamos más café de lo normal. Este exceso no hace sino más que perjudicarnos. Sustituye estos cafés por café descafeinado y, aunque un día vayas un poco más zombi, no te preocupes, ¡recuperaras tu falta de sueño!

Establecer un horario

El cuerpo responde muy bien a las rutinas y no es diferente para dormir. Es importante establecer un horario ya que de esta manera el organismo segrega hormonas necesarias para inducir el sueño igual que las segrega a la hora de levantarnos para mantenernos despiertos. Si no seguimos un horario regular, este ciclo se desajusta.

Cenar, pero ligero

Una cena copiosa, si además es tarde, puede interferir en la conciliación del sueño. Es recomendable una cena ligera compuesta por verduras acompañadas con un poco de patata por ejemplo y carne o pescado a la plancha. Para finalizar, una infusión Duermesana de Susarón, con pasiflora, valeriana y espino blanco. Nada mejor para un sueño saludable y de calidad. Para ayudarte en la relajación mientras la tomas, te proponemos tomarla con una suave música relajante de fondo. ¡Despeja tu mente y prepárate para descansar!

Desconectar un rato antes

Concretamente dos horas antes es recomendable desconectar de todo lo que nos aporte luz artificial: móviles, tabletas, ordenadores, televisión… Una luz tenue ayuda a preparar el cuerpo para irse a la cama.

Leer, pero en papel

Un libro en formato papel puede ayudarnos a conciliar el sueño. Eso sí, ¡es mejor que dejes los libros de temática intriga o terror para leer por la mañana si no quieres pasarte la noche en vela después de haber leído un rato!

Estirar para conciliar el sueño

Algunas posturas de estiramiento pueden ayudar a conciliar el sueño. Practicarlas antes de irse a dormir, pueden favorecer a que nos durmamos antes y también a que este sueño sea reparador. Así que ¡escoge tu mejor pijama para hacer unos ejercicios para dormir mejor!

Practicar relajación

Si con los consejos anteriores a la hora de meterte en la cama aún sientes esa ansiedad que no sabes por qué te quita el sueño, prueba a practicar la técnica de Mindfulness de manera diaria para resolver posibles conflictos que bloquean tu sueño. ¡Los beneficios de esta práctica te harán sentir muy bien diariamente!

Ahora, después de esta lectura, contar ovejas ya no será tu mantra para conciliar el sueño: el sueño vendrá a ti de manera natural. No olvides ser regular practicando estas pautas y… ¡que sueñes con los angelitos!